En la entrega de la Medalla “La Mujer del Año 2000” a la doctora Evangelina Villegas Moreno, el presidente Ernesto Zedillo reconoció que, pese a los esfuerzos realizados en los últimos años, prevalece una profunda desigualdad y discriminación de la mujer en México.
Y es que, dijo, si bien esta situación no es privativa de nuestro país, “debemos reconocer que la legítima, fundamental, esencial igualdad de géneros, no ha sido y está todavía por conquistarse en nuestro país”.
Por tanto, refirió durante la ceremonia celebrada anoche en el Museo Nacional de Antropología e Historia, “una de las preocupaciones del gobierno que he presidido ha sido precisamente reivindicar esa causa de la igualdad, ha sido una tarea de equipo cuando hemos promovido cambios legales que hagan efectivos ciertos derechos que legítimamente le pertenecen a la mujer mexicana, y de hecho a cualquier mujer”.
A su vez, la doctora Evangelina Villegas Moreno, egresada del Instituto Politécnico Nacional, que hace unas semanas recibiera El Premio Mundial de Alimentación por su trabajo en la creación de un nuevo tipo de maíz con doble contenido proteínico que es utilizado en algunas regiones de México y naciones latinoamericanas, agradeció la distinción que le concedió el Patronato Nacional de la Mujer del Año.
Menudita, sencilla, incluso un tanto aislada en sus pensamientos antes de iniciar la ceremonia en el auditorio “Jaime Torres Bodet”, cuando otras mujeres galardonadas en otros años con el distintivo de “La Mujer del Año”, al margen del breve agradecimiento, centro su intervención en hablar de ese trabajo que, junto con el investigador hindú, Surinder Vasal, logró innovar un tipo de maíz con el doble de contenido nutricional.
Ese trabajo le llevó casi cuatro décadas en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), ubicado en el municipio de Texcoco, México, pero que de alguna forma había iniciado en el programa pionero de la oficina de Estudios Especiales —el programa cooperativo de la Secretaría de Agricultura y Ganadería y la Fundación Rockefeller—, así como en el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas hoy INIFAP. Y de ello habló largo.
En el presidium estaban otras mujeres que han recibido, en su momento, la medalla que anoche le entregó el presidente Zedillo a la doctora Villegas Moreno, que compartían espacio y plática, Kena Moreno, María de los Ángeles Moreno, la ex gobernadora de Colima, Griselda Álvarez Ponce de León —“mi tía”, recordó el doctor Zedillo—, quien se encargó de leer el extenso curriculum de la galardonada.
Y se recordó que esta presea la han recibido mujeres mexicanas de enorme capacidad, de brillo propio dentro y fuera del país, como Rosario Castellanos y Consuelito Velázquez, o la maestra Ifigenia Martínez quien estuvo presente en la ceremonia.
Y, en su intervención, la doctora Evangelina Villegas Moreno puntualizó cuáles deben ser los alcances de un reconocimiento de esta naturaleza que entregan mujeres a mujeres año con año desde 1960, a saber: “cifró mis esperanzas en que el reconocimiento de la Mujer del Año 2000, así como la distinción del Premio Mundial de la Alimentación 2000, sirvan como valiosos recordatorios de que aunados al indispensable apoyo adecuado, la investigación científica puede contribuir de manera trascendental en el combate al hambre y en el alivio de la malnutrición y de la pobreza”.