Fortunas de Andómeda y Perseo fue escrita cuando Pedro Calderón de la Barca tenía 53 años. Obra de madurez, es una muestra del amplio dominio dramatúrgico de Calderón; también se encuentra inserta dentro de lo que hoy conocemos como el ciclo mitológico del autor, y en ella están vertidas muchas de las inquietudes que marcaron el laberinto de su obra. Temas como las preguntas por la identidad y el conocimiento, la contingencia opuesta al destino, la mezcla de culturas y el libre albedrío, están inexorablemente presentes y redimensionan la vigencia de su teatro.
Antonio Algarra, dramaturgo y director de escena, ha tomado el reto de montar Fortunas de Andrómeda y Perseo, que por primera vez se estrena en México. Con un reparto integrado por 14 actores y un trabajo de montaje que llevó siete meses de realización —“pues Calderón no se puede montar en menos tiempo”—, Fortunas de Andrómeda y Perseo se presenta el día de mañana en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón, como parte de las actividades que la Dirección de Teatro de la UNAM realiza con motivo del 400 aniversario del natalicio de Pedro Calderón de la Barca. Para Algarra existe un planteamiento central en la pieza: “para llegar a ser hay que hacer, pues los hombres son sus obras. Calderón es un escritor de corte, por excelencia, estas obras las presentaba ahí, no en los corrales de Madrid. El establece una mitología para al final desmentirla; en esta obra de Calderón está presente el cristianismo, de una manera tácita, pero también el espíritu del hombre del Renacimiento”.
—¿Qué Calderón se muestra aquí?
—Es un Calderón de gran madurez, entrado en años, metido en la corte, el cual ha tenido éxito y mecenas. Con La vida es sueño y La dama duende, que fue su primera obra, ha alcanzado un gran reconocimiento; es un Calderón al cual España toda se le rinde. Si hay un escritor de gran éxito, obviamente, es Calderón, pues don Lope de Vega y Carpio fue uno de los más grandes, pero no tuvo tal reconocimiento; el éxito —que lo llevó incluso a ser rico— fue de Calderón. Y obviamente encontramos también la misma tradición desde Cervantes, la del poeta que ha sido soldado y termina siendo cura. Es el mismo devenir, el hombre que se dedica a las letras, pero también a la guerra, el amor y al final al clero. Un hombre del Renacimiento ya entrado en el barroco.
—¿Porque sumar una estética corporal, dada desde el diseño de maquillaje, a esta puesta?
Puesta en escena de Fortunas de Andrómeda y Perseo /FOTOS: JOSÉ JORGE CARREÓN
—Lancé anzuelos y cada creador fue haciendo lo suyo. El maquillaje de Andrómeda, por ejemplo, está inspirado en una tribu africana, en la que no sólo se tatúan, sino que se hacen escarificaciones en la piel. Cada intéprete abordó la idea del primitivismo como forma de caracterizar a su propio personaje, pues aunque Calderón plantea personajes de la mitología griega, la acción se realiza en diversos lugares, como Sicilia, Piro, Africa. Pilar Boliver concretó las ideas de todos, en el maquillaje que tiene cada personaje.
—¿Cómo fue el trabajo con el verso en esta obra?
—Lo que tratamos de lograr con el verso fue la naturalidad, respetando su ortodoxia, pero dejando fluir su música. Es octosílabo, como en el romance, es el ritmo natural del castellano, la sabiduría popular está escrita con esa medida. El teatro en castellano, en su mayoría, está escrito así, y sólo aparecen endecasílabos, cuando aparece un rey o un personaje de semejante jerarquía.
—¿El trabajo con las percusiones, que acompaña a la puesta en escena, cómo fue realizado, tiene una convergencia con el ritmo silábico?
—Es un trabajo de conjunto, fuimos creando un bagaje, trabajamos con las situaciones de los personajes, quisimos ilustrarles las escenas, para después llegar a una síntesis muy clara de lo que estaba pasando con ellos y ese encuentro con el lenguaje dio por resultado el trabajo de ambientación que toda la compañía logra a partir de las percusiones n
Las funciones se llevarán a cabo todos los sábados y domingos, a las 12:00 horas; el costo del boleto es de $50, con 50 por ciento de descuento para estudiantes.